jueves, 5 de enero de 2017

VALIOSAS ENSEÑANZAS

Damos la bienvenida al 2017, para ello he pensado que estaría bien hacerlo compartiendo con todos vosotros un par de lecturas que guardan valiosas enseñanzas. Feliz año nuevo.



                                           APRENDÍ




"Aprendí que no importa lo que pase, o que tan malo pueda parecer el día de hoy, la vida continúa y mañana será mejor.
Aprendí que puede decirse mucho sobre una persona a partir de la manera en que maneja tres situaciones  simples: un día lluvioso, la pérdida de su equipaje y el enredo de las luces navideñas.
Aprendí que, sin importar la relación que tengas con tus padres. los extrañarás cuando ya no estén con vida.
Aprendí que algo de qué vivir, no es lo mismo que vivir.
Aprendí que, a veces, la vida te da segundas oportunidades.
Aprendí que no hay que ir por la vida con guantes en ambas manos: tienes que saber soltar algunas cosas.
Aprendí que cuando decido algo con el corazón abierto, casi siempre tomo la decisión correcta.
Aprendí que incluso cuando siento molestias, yo no tengo que ser una.
Aprendí que todos los días hay que acercarse y tocar a alguien. Todos amamos un abrazo cálido o simplemente una palmada amistosa en la espalda.
Aprendí que a esta altura de mi vida, todavía tengo mucho por aprender.
Aprendí que las personas podrán olvidar lo que dijiste, podrán olvidar lo que hiciste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir".

                                                       Maya Angelou




       CUANDO ME AMÉ DE VERDAD

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre... autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es... autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé  a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama... madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo. aun sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es... respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama ,,. amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí hacer grandes planes, abandoné  los mega- proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la... humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez y eso se llama... plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es... saber vivir.
No debemos tener miedo de cuestionarnos... Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
 

                                                                                       Charles Chaplin.





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